lunes, 21 de julio de 2014

AGRONOVEDADES... Crecimiento violento del Pollo de engorde... ¿A causa de qué?

"AGRO-NOVEDADES"
 


A que se debe el crecimiento violento de los pollos de engorde de nuestros días...
 
 
Esta pregunta tiene una lógica y es que el ciudadano común no entiende como ni por qué, los pollos de engorde de la década de los 50 requerían más de 80 días para su mercadeo, sus pechugas no eran tan grandes como las de los de hoy día, no tenían el peso de mercado de los pollos de ahora y consumían más alimento para producir 1 kilogramo de carne.
                      
Así mismo me han preguntado porque una gallina ponedora de huevos comerciales pone cerca de una caja de huevos de 360 unidades, sin macho y en su periodo de producción el cual es de 52 semanas.
                      
La respuesta es clara, corta y sencilla, el rápido crecimiento de los pollos de engorde y el elevado índice de postura de una gallina ponedora en la actualidad es consecuencia lógica de una serie de  mejoras consistentes desde la década de los 50, en aspectos genéticos, nutricionales, de manejo, tecnología, de control y prevención de enfermedades.
 
A continuación se presentan siete (7) razones lógicas que tratarán de explicar, a quienes todavía piensan que en la alimentación de estas aves se incluyen hormonas o sustancias similares, el porque no se utilizan en la alimentación de los pollos de engorde ni en las gallinas ponedoras comerciales.
 
En primer término, simplemente las hormonas no son necesarias.                        El reto para los productores avícolas es el proveer una alimentación de alta calidad (proteínas, vitaminas, minerales, etc.) y un ambiente saludable en la granja o galpón, lo cual incluye techos con aislantes, buena ventilación y un número adecuado de comederos y bebederos, lo cual, empata con el asombroso potencial genético de los pollos de engorde.
 
La utilización de las hormonas es ilegal.
Existen controles extremadamente  estrictos para el uso de hormonas y de sustancias similares o parecidas a las hormonas de los alimentos para animales. En ningún caso, está autorizado el suplementar hormonas para las aves.
 
Las hormonas no son efectivas ni inyectadas ni por vía oral.
La administración de hormonas de crecimiento no lleva a un incremento en el crecimiento de las aves, de la misma forma en que al inyectar hormonas de crecimiento en humanos no nos hace superhombres. El crecimiento, es el resultado de una muy compleja combinación de funciones metabólicas, que depende de un amplio conjunto de señales endocrinológicas y código genético.
 
La administración de hormonas es extremadamente difícil. 
Es bien sabido que las personas diabéticas deben recibir inyecciones de insulina.
Así que, aun cuando hubiera un probable efecto positivo, las hormonas de crecimiento necesitarían ser inyectadas en las  aves en una forma muy frecuente. Si se tuvieran que inyectar los millones de pollos con hormonas, éste resultaría ser un escenario imposible.
 
Los  elevados costos de las hormonas de crecimiento.
Las hormonas de crecimiento para aves ”no se producen comercialmente” ya que su costo sería extremadamente alto. Si se administrara un miligramo de hormona de crecimiento a un pollo de engorde, el costo sería tan alto que sobrepasaría el valor mismo del ave. Obviamente, esto no tiene ningún sentido desde el punto de vista comercial.
 
Las hormonas tienen un impacto negativo sobre el desempeño de las aves.
El tipo de aves de engorde que actualmente existen en el mercado, ha sido seleccionado genéticamente para crecer tan rápido que ocasionalmente encuentran limitaciones fisiológicas.
 
¿Qué hay acerca de los esteroides anabólicos? 
Lo que hace que el tema del uso de esteroides sea todavía menos probable es que, la parte más valiosa de un pollo es la pechuga, la cual esta compuesta de músculos que se ejercitan con el vuelo de las aves. Como sabemos, los pollos de engorde por su peso no han volado por los últimos miles de años. Lo que significa que al no haber ejercicio no hay beneficio en el uso de los esteroides anabólicos.
 
 
Publicado por: DIXON CAMPOS.
 
Estudiante del 8vo semestre de Ingeniería de Producción Animal de UNEG-RECRIA.


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