lunes, 21 de julio de 2014

Traslado de pollonas de reemplazo.
El cambio de alojamiento de las pollonas criadas y recriadas, preparadas para iniciar el ciclo de postura, es una operación inevitable, pues esta se realiza en ambientes totalmente diferentes de los utilizados para llevar a cabo la fase productiva.
En ocasiones, se afronta el tema de éste transporte como una simple operación más de manejo, sin tener en cuenta las consecuencias negativas que, para la futura capacidad real productiva del ave, puedan derivarse.
Dado que las pollonas van a ser trasladadas, e incluso a sitios bastanteas retirados del lugar de cría, es absolutamente necesario cuidar todos los detalles y extremar las medidas de manejo durante todo el proceso, si no deseamos  el tener que soportar consecuencias  poco agradables (técnicas y económicas) durante el ciclo de postura. Carga transporte y descarga:
Durante este proceso, que se inicia cuando se procede a agruparlas y/o encerrarlas, luego alzarlas, llevarlas a las jaulas, etc., éstas se  pueden ver afectadas por una elevada cantidad de circunstancias o fuentes originarias de estrés, tales como: manipulación, sobresaltos en el agrupamiento, ayunos, introducción en las jaulas para el transporte, ruptura del orden social, exceso de ruidos y movimientos, pérdidas de peso, cambios microclimáticos (temperatura, humedad, velocidad del aire), variaciones de intensidad lumínica, entre otros.
Si no somos capaces de limitar la acción de estos factores, durante la operación de traslado, las consecuencias pueden ser altamente negativas.
Aunque las fuentes originarias de estrés son importantes me voy a permitir destacar aquí,  las que se denominan”cambios microclímáticos”, especialmente las referidas a: temperatura, humedad relativa y velocidad del aire.
El problema de estos cambios se hace especialmente agudo en las épocas muy calurosas (carnaval y semana santa), aunque el transporte se intente hacer en las horas más frescas de la noche o de la madrugada. Cuando las aves son sometidas a sofocamiento como consecuencia de la recolección y transporte, y la temperatura ambiente comienza a elevarse tratándose  de igualar con la temperatura corporal (41°C), la pérdida de calor sensible no puede tener lugar. Con esta situación, es fácil que se produzca la muerte de las aves por hipertermia, como consecuencia de la elevación de la temperatura corporal más allá de los 41°C.
Esta temperatura la pueden alcanzar las aves, en muy poco tiempo, menos de 120 minutos, si se presentan las condiciones ambientales precisas (temperatura ambiente = temperatura corporal), lo cual no es improbable sobre todo a ciertas horas del día, en las filas de jaulas situadas en la parte inferior de los camiones que las transportan. Cuando las temperaturas son elevadas, las pérdidas de agua por evaporación que sufre el ave, aumentan espectacularmente.
Así cuando la temperatura ambiental es inferior a 23°C, dichas pérdidas son del orden de 2 grs./hora; y cuando la temperatura  ambiente se aproxima a los 40°C, las pérdidas  de agua son de 10 grs./hora.
Consecuencia indirecta de todas estas situaciones de estrés es el debilitamiento del sistema inmunológico del ave y el incremento de la sensibilidad de la misma a las enfermedades. Si a esto se le suma el hecho de que los animales portadores liberan más gérmenes patógenos durante transporte (el estrés del transporte favorece la multiplicación bacteriana, al romperse el equilibrio orgánico, se comprende fácilmente la necesidad de extremar no sólo el control de las condiciones microclimaticas,  sino también la necesidad de cuidar al máximo las medidas sanitarias durante el transporte.
Si el manejo del traslado no se efectúa adecuadamente, podemos sumar la aparición de otros problemas, tales como:
- Contusiones.
- Magulladuras.
- Fracturas de alas.
- Fracturas de patas.
- Asfixias, etc.
Fuente:http://www.ppca.com.ve/va/artlibresva/artlibresva.html#2

Publicado por: Juan Pablo Azocar.

Estudiante del 8vo Semestre de Ingeniería en Producción Animal.



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