Traslado de pollonas de
reemplazo.
El cambio de alojamiento de las pollonas criadas
y recriadas, preparadas para iniciar el ciclo de postura, es una operación
inevitable, pues esta se realiza en ambientes totalmente diferentes de los
utilizados para llevar a cabo la fase productiva.
En ocasiones, se afronta el tema de éste transporte como una simple operación más de manejo, sin tener en cuenta las consecuencias negativas que, para la futura capacidad real productiva del ave, puedan derivarse.
En ocasiones, se afronta el tema de éste transporte como una simple operación más de manejo, sin tener en cuenta las consecuencias negativas que, para la futura capacidad real productiva del ave, puedan derivarse.
Dado que las pollonas van a ser trasladadas, e
incluso a sitios bastanteas retirados del lugar de cría, es absolutamente
necesario cuidar todos los detalles y extremar las medidas de manejo durante
todo el proceso, si no deseamos el tener que soportar consecuencias
poco agradables (técnicas y económicas) durante el ciclo de postura. Carga transporte y descarga:
Durante este proceso, que se inicia cuando se
procede a agruparlas y/o encerrarlas, luego alzarlas, llevarlas a las jaulas,
etc., éstas se pueden ver afectadas por
una elevada cantidad de circunstancias o fuentes originarias de estrés, tales
como: manipulación, sobresaltos en el agrupamiento, ayunos, introducción en las
jaulas para el transporte, ruptura del orden social, exceso de ruidos y
movimientos, pérdidas de peso, cambios microclimáticos (temperatura, humedad,
velocidad del aire), variaciones de intensidad lumínica, entre otros.
Si
no somos capaces de limitar la acción de estos factores, durante la operación
de traslado, las consecuencias pueden ser altamente negativas.
Aunque las fuentes originarias de estrés son
importantes me voy a permitir destacar aquí, las que se denominan”cambios
microclímáticos”, especialmente las referidas a: temperatura, humedad relativa
y velocidad del aire.
El problema de estos cambios se hace especialmente agudo en las épocas muy calurosas (carnaval y semana santa), aunque el transporte se intente hacer en las horas más frescas de la noche o de la madrugada. Cuando las aves son sometidas a sofocamiento como consecuencia de la recolección y transporte, y la temperatura ambiente comienza a elevarse tratándose de igualar con la temperatura corporal (41°C), la pérdida de calor sensible no puede tener lugar. Con esta situación, es fácil que se produzca la muerte de las aves por hipertermia, como consecuencia de la elevación de la temperatura corporal más allá de los 41°C.
El problema de estos cambios se hace especialmente agudo en las épocas muy calurosas (carnaval y semana santa), aunque el transporte se intente hacer en las horas más frescas de la noche o de la madrugada. Cuando las aves son sometidas a sofocamiento como consecuencia de la recolección y transporte, y la temperatura ambiente comienza a elevarse tratándose de igualar con la temperatura corporal (41°C), la pérdida de calor sensible no puede tener lugar. Con esta situación, es fácil que se produzca la muerte de las aves por hipertermia, como consecuencia de la elevación de la temperatura corporal más allá de los 41°C.
Esta temperatura la pueden alcanzar las aves, en
muy poco tiempo, menos de 120 minutos, si se presentan las condiciones
ambientales precisas (temperatura ambiente = temperatura corporal), lo cual no
es improbable sobre todo a ciertas horas del día, en las filas de jaulas
situadas en la parte inferior de los camiones que las transportan. Cuando las
temperaturas son elevadas, las pérdidas de agua por evaporación que sufre el
ave, aumentan espectacularmente.
Así cuando la temperatura ambiental es inferior a 23°C, dichas pérdidas son del orden de 2 grs./hora; y cuando la temperatura ambiente se aproxima a los 40°C, las pérdidas de agua son de 10 grs./hora.
Así cuando la temperatura ambiental es inferior a 23°C, dichas pérdidas son del orden de 2 grs./hora; y cuando la temperatura ambiente se aproxima a los 40°C, las pérdidas de agua son de 10 grs./hora.
Consecuencia
indirecta de todas estas situaciones de estrés es el debilitamiento del sistema
inmunológico del ave y el incremento de la sensibilidad de la misma a las
enfermedades. Si a esto se le suma el hecho de que los animales portadores
liberan más gérmenes patógenos durante transporte (el estrés del transporte
favorece la multiplicación bacteriana, al romperse el equilibrio orgánico, se
comprende fácilmente la necesidad de extremar no sólo el control de las condiciones
microclimaticas, sino también la
necesidad de cuidar al máximo las medidas sanitarias durante el transporte.
Si
el manejo del traslado no se efectúa adecuadamente, podemos sumar la aparición
de otros problemas, tales como:
-
Contusiones.
-
Magulladuras.
-
Fracturas de alas.
-
Fracturas de patas.
-
Asfixias, etc.
Fuente: http://www.ppca.com.ve/va/artlibresva/artlibresva.html#2
Publicado
por: Juan Pablo Azocar.
Estudiante
del 8vo Semestre de Ingeniería en Producción Animal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario